Porque he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento.

Porque he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva. Como Caleb heredó la misma tierra que pisaron sus pies, así el Mesías y sus santos heredarán la tierra renovada que una vez pisaron, mientras estaban contaminados por el enemigo.

Las palabras aquí responden a "las antiguas aflicciones serán olvidadas", etc. Las penas anteriores de la tierra, bajo la caída, estarán tan lejos de repetirse, que su  recuerdo mismo será borrado por las muchas misericordias que otorgaré a la nueva tierra( Apocalipsis 21:4).

Esta profecía utiliza un lenguaje que, si bien se cumple en cierto grado en la tierra milenaria, sólo se cumplirá plenamente en la tierra regenerada que sucederá a la conflagración postmilenial (2 Pedro 3:10; ; Hebreos 12:26).

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