Y no vayáis en pos de dioses ajenos para servirles y adorarles, y no me provoquéis a ira con las obras de vuestras manos; y no os haré mal.

No vayáis en pos de dioses ajenos. Él menciona un pecado, como representativo de todos sus pecados, la idolatría; ya que nada es más querido para Dios que una adoración pura de sí mismo.

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