Tomad mujeres y engendrad hijos e hijas; y tomad mujeres para vuestros hijos, y dad maridos a vuestras hijas, para que den a luz hijos e hijas; para que allí seáis aumentados, y no disminuidos.

Tomad mujeres y engendrad hijos e hijas; y tomad mujeres para vuestros hijos, y dad maridos a vuestras hijas, para que den a luz hijos e hijas; para que allí seáis aumentados, y no disminuidos. Era la voluntad de Dios que la simiente de Abraham no fallara; así se les da el consuelo y la esperanza, aunque no de un retorno inmediato, pero sí definitivo.

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