Porque la vergüenza ha consumido el trabajo de nuestros padres desde nuestra juventud; sus ovejas y sus vacas, sus hijos y sus hijas.

La vergüenza ha devorado el trabajo de nuestros padres... sus rebaños... manadas - es decir, los ídolos, cuya adoración sólo nos cubre de vergüenza, "Conforme al número de las calles de Jerusalén habéis levantado altares a esa cosa vergonzosa (hebreo, vergüenza), aun ... a Baal". Lejos de traernos la "salvación", nos han costado nuestro ganado y hasta nuestros hijos, que les hemos sacrificado.

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