¿Reservará para siempre su ira? ¿La guardará hasta el fin? He aquí que has hablado y has hecho lo malo que has podido.

Él - `tú', la segunda persona había precedido, "Padre mío, tú". El cambio a la tercera persona implica un alejamiento de Dios a una mayor distancia de ellos. Se introduce aquí un nuevo interlocutor, que representa a los judíos: en lugar de arrepentirse y abandonar a sus ídolos, se limita a deplorar la persistencia de su castigo y a responder a su pregunta en caso de que se arrepientan.

Has hablado y has hecho - más bien (la respuesta de Dios a ellos), 'Has hablado (así: es decir, ahora que los juicios son inminentes, intentas engatusarme con suaves palabras deprecativas), y sin embargo (todo el tiempo) has hecho el mal,' etc.

Como pudiste - con todas tus fuerzas; con persistencia incorregible (Calvino).

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