Entonces el rey Sedequías dijo: He aquí, él está en vuestras manos; porque el rey no es quien pueda hacer nada contra vosotros.

El rey no es el que puede hacer nada contra ti. Sedequías era un príncipe débil, y ahora en sus apuros tenía miedo de oponerse a sus príncipes. Oculta su disgusto por su poder desmesurado, lo que le impidió proteger a Jeremías como hubiera deseado, bajo discursos elogiosos. 'No es justo que el rey niegue nada a tan fieles y sabios estadistas;' el rey no es de los que te niegan tus deseos (Jerónimo).

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