Porque la muerte ha subido a nuestras ventanas, y ha entrado en nuestros palacios, para cortar a los niños de fuera, y a los jóvenes de las calles.

La muerte se ha asomado a nuestras ventanas - la milicia infligidora de muerte, encontrando las puertas cerradas, irrumpió por las ventanas.

Para cortar a los niños desde fuera, y a los jóvenes desde las calles. No se puede decir que la muerte entre por las ventanas, para cortar a los niños en las calles; sino para cortarlos de modo que no puedan jugar más en las calles de afuera, arriba, sobre la destrucción de los niños y los jóvenes.

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