¡Oh, que mis palabras estuvieran ahora escritas! ¡Oh, que estuvieran impresos en un libro!

Desesperado por la justicia de sus amigos en vida, desea que sus palabras se conserven imperecederamente para la posteridad, dando fe de su esperanza de vindicación en la resurrección.

Mis palabras, reivindicando mi inocencia.

Impreso, no nuestra impresión moderna, sino grabado.

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