Oh, que pudiera tener mi petición; y que Dios me conceda lo que anhelo!

Tiene mi pedido. Desear la muerte no es una prueba necesaria de aptitud para la muerte. Los impíos a veces lo desean para escapar de los problemas, sin pensar en el más allá. Los piadosos lo desean para estar con el Señor; pero esperan pacientemente la voluntad de Dios.

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