Y al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento.

La conexión entre el cierre del capítulo anterior y la apertura de este parece tan estrecha que uno tiende a concluir que todo sucedió en un día, y que un sábado. Pero la violencia con que se cierra el capítulo anterior y la tranquilidad con que se abre éste, lo vuelve algo dudoso. En todo caso, las transacciones de ambos capítulos no pudieron estar muy separadas en el tiempo.

Y al pasar Jesús, vio a un hombre que era ciego de nacimiento - y que "se sentaba y rogaba".

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