Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a Israel, y salió a la guerra; y Jehová entregó en su mano a Cusan-rishatha'im, rey de Mesopotamia, y su mano prevaleció contra Cusan-rishatha'im.

El Espíritu del Señor nombre sobre él. La conciencia de un impulso divino no se limitaba a los que estaban encargados de anunciar la voluntad de Dios; animaba también a los que, en puestos públicos y oficiales, eran despertados en emergencias críticas para realizar actos de valor y patriotismo en la causa de Dios y de su pueblo elegido.

Juzgó a Israel, y salió a la guerra. Impulsado por una influencia sobrenatural, emprendió la difícil tarea de gobierno en esta crisis nacional, ocupándose de promover una reforma general de las costumbres, la abolición de la idolatría, el renacimiento de la religión pura, y luego, después de estas medidas preliminares, recogió una cuerpo de guerreros escogidos para expulsar a los opresores extranjeros.

El Señor libró ... su mano prevaleció contra Chushan. No se dan detalles de esta guerra, que, considerando los recursos de un monarca tan poderoso, debió ser una lucha resuelta. Pero las armas israelitas fueron coronadas, por la bendición de Dios, con la victoria, y Canaán recuperó su libertad e independencia.

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