Y dijo Moisés a Aarón, a Eleazar y a Itamar, sus hijos que les habían quedado: Tomad la ofrenda que queda de las ofrendas encendidas para Jehová, y comedla sin levadura junto al altar, porque es cosa santísima.

Moisés le habló a Aarón... Este fue un ensayo oportuno y considerado de las leyes que regulaban la conducta de los sacerdotes. En medio de las distracciones del duelo familiar, Aarón y sus hijos sobrevivientes podrían haber olvidado o pasado por alto algunos de sus deberes (cf. Deuteronomio 16:11 ; Deuteronomio 16:14 ); pero sólo podían participar de ellos los que estaban ceremonialmente limpios.

Versículo 15. Estatuto perpetuo. Se dice repetidamente que los mandatos dirigidos a Aarón y a sus hijos no eran para ellos como individuos solamente, sino para servir como regulaciones eclesiásticas permanentes. Y sin embargo, en lo que respecta a éstas, hubo una sabia adaptación a las circunstancias. Los ritos que podían ser observados en el desierto fueron debidamente atendidos allí; mientras que otros, que implicaban la posesión de la tierra prometida, fueron aplazados hasta el eventual asentamiento en ese país, donde la dispensación mosaica iba a ser la ley establecida de la iglesia y el estado (véanse las notas en Números 15:1 ; Números 15:13 ). ; Números 15:16 ).

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