En aquel día, el que estuviere sobre el terrado, y sus enseres en casa, no descienda para tomarlos; y el que estuviere en el campo, tampoco vuelva atrás.

En aquel día, el que estuviere sobre el terrado, y sus enseres en casa, no descienda para tomarlos; y el que estuviere en el campo, tampoco vuelva atrás. Una advertencia contra esa persistente renuencia a desprenderse de los tesoros presentes que induce a algunos a permanecer en una casa en llamas, con la esperanza de salvar este y aquel objeto precioso, hasta que se consuman y sepulten en sus ruinas. Los casos aquí supuestos, aunque diferentes, por supuesto, son similares.

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