Y partieron del monte de Hor por el camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y el alma del pueblo estaba muy desanimada a causa del camino.

Partieron del monte Hor. Al negárseles el paso solicitado, volvieron por el Arabá, "el camino del Mar Rojo", hasta Elat, en la cabecera del golfo oriental del Mar Rojo, y desde allí subieron por las montañas hasta el desierto oriental, para dar la vuelta a la tierra de Edom, ( Números 33 ; 41; 42.)

El alma del pueblo...  La decepción de encontrarse tan cerca de los confines de la tierra prometida sin entrar en ella, la vejación por la denegación de un paso a través de Edom, y la ausencia de cualquier interposición divina a su favor, y sobre todo, la necesidad de un viaje retrógrado por una ruta larga y tortuosa a través de las peores partes de un desierto arenoso, y el temor de estar sumergido en dificultades nuevas y desconocidas, todo esto produjo una profunda depresión de espíritu. Pero fue seguido, como de costumbre, por un burdo estallido de murmullos por la escasez de agua y de expresiones de disgusto por el maná.

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