El que guiña el ojo acarrea tristeza: mas el necio charlatán caerá.

El que guiña el ojo causa tristeza. "Guiño, es decir, con intención maliciosa ( Nota). Fingiendo amabilidad con su prójimo, pero al mismo tiempo dando una indirecta o señal secreta a sus cómplices para engañarlo o robarlo.

Pero el necio que habla caerá, Hebreo, 'un necio en los labios' (cf.). La conexión de las cláusulas es: Hablar fingidamente y hablar temerariamente son igualmente peligrosos: hacer lo primero daña a los demás, hacer lo segundo daña a uno mismo. Cuando evitamos la astucia y el hablar fingido, no debemos caer en el extremo opuesto de parlotear locuras.

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