El hombre será alabado conforme a su sabiduría, pero el de corazón perverso será menospreciado.

Un hombre será elogiado según (literalmente, según la boca de: un modismo hebreo para en proporción a) su sabiduría. Dios y su pueblo fiel juzgan a un hombre no según el éxito aparente de una empresa, sino según su "sabiduría" espiritual. Los hombres mundanos alaban o condenan sólo según el aparente éxito o fracaso.

Pero el que es de corazón perverso será despreciado, por Dios; y por último, el hombre, cuando se le descubre en su verdadero carácter.

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