A Jehová presta el que se compadece del pobre; y lo que ha dado se lo devolverá.

El que se compadece del pobre le presta al Señor, haciendo al Señor su deudor; porque Dios considera los favores a su pueblo como hechos a sí mismo.

Y lo que ha dado (literalmente, Su beneficio) se lo devolverá. No hay Pagador más seguro que Yahvé; ninguno paga con tal interés acumulado.

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