Mis labios rebosarán alabanza cuando me enseñes tus estatutos.

Mis labios pronunciarán alabanza, literalmente, 'derramarán alabanzas como de una fuente burbujeante y rebosante' ( Nota; 78:2).

Cuando me hayas enseñado tus estatutos. No hasta que me hayas enseñado puedo pronunciar correctamente tu alabanza.

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