El día al día pronuncia palabras, y la noche a la noche transmite conocimiento.

Día tras día pronuncia discurso. El testimonio de las luminarias celestiales es incesante, y se transmite cada día y cada noche a su sucesor continuamente. El discurso del día es el eco del discurso o testimonio de los cielos. La palabra hebrea para "pronuncia" х naaba` ( H5042 )] significa chisporrotear, lo que implica la rica plenitud del testimonio de cada día.

Y noche tras noche muestra conocimiento, es decir, el conocimiento de la gloria de Dios.

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