Vuelve, Señor, a librar mi alma: sálvame por tu misericordia.

Vuelve: vuelve a favorecerme.

Libra mi alma, o la vida, de la "muerte", a la que estoy a punto de llegar (Salmo 6:5).

Sálvame por tu misericordia, no por mis méritos, sino por la gloria de tu gracia, que se magnificará en mi liberación.

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