Jonás 2:1-10

1 Y desde el vientre del pez oró Jonás al SEÑOR su Dios.

2 Y dijo: “Desde mi angustia invoqué al SEÑOR y él me respondió. Clamé desde el vientre del Seol y tú escuchaste mi voz.

3 Me arrojaste a lo profundo, en el corazón de los mares y me rodeó la corriente: Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.

4 Yo dije: Expulsado soy de delante de tus ojos; pero aún he de ver tu santo templo.

5 Las aguas me han envuelto hasta la garganta; me rodeó el abismo. Las algas se enredaron en mi cabeza.

6 Descendí a la base de las montañas. La tierra echó sus cerrojos tras de mí para siempre. Pero tú hiciste subir mi vida de la fosa, ¡oh SEÑOR Dios mío!

7 Cuando mi alma desfallecía dentro de mí me acordé del SEÑOR; y mi oración llegó hasta ti, a tu santo templo.

8 Los que veneran las vanidades ilusorias abandonan su lealtad.

9 Pero yo te ofreceré sacrificio con voz de alabanza. Lo que prometí haciendo votos lo cumpliré. ¡La salvación pertenece al SEÑOR!”.

10 Entonces el SEÑOR habló al pez y este vomitó a Jonás en tierra.

CAPITULO 2

LA ORACION DE FE Y EL LIBRAMIENTO DE JONAS.

1. su Dios—el suyo todavía, aunque Jonás había huído de él. La fe ahora hace capaz a Jonás para sentir esto; así como el hijo pródigo, ya arrepentido, dice del Padre, de quien se había apartado: “Me levantaré e iré a mi Padre” (Lucas 15:18). desde de el vientre del pez—cualquier lugar puede servir de oratorio. Ningún lugar es impropio para la oración. Otros traducen: “Cuando fué librado del vientre del pez.” Nuestra traducción es la mejor.

2. Su oración es, en parte descriptiva y deprecatoria, y en parte, eucarística. Jonás incorpora con su propio lenguaje inspirado expresiones hacía mucho conocidas a la iglesia: en el v. 2, Salmo 120:1; en el v. 2, Salmo 42:7; en el v. 3, Salmo 31:22; en el v. 4, Salmo 69:1; en el v. 6, Salmo 142:3; Salmo 18:6; en el v. 7, Salmo 31:6; en el v. 8, Salmo 116:17 y 3:8. Jonás, hombre inspirado, así atestigua tanto la antigüedad como la inspiración de los Salmos. Señala el espíritu de la fe, el que Jonás se identifica con los santos de la antigüedad, apropiándose de las experiencias de ellos como están escritas en la palabra de Dios (Salmo 119:50). La aflicción descubre la mina de la Escritura, antes vista solamente sobre la superficie. del vientre del sepulcroSheol, el mundo invisible, el que se asemejaba al vientre del pez.

3. Echásteme en el profundo … mares—Jonás reconoce la fuente de donde vinieron sus sufrimientos. No fué una mera casualidad, sino la mano de Dios que los envió. Véase el reconocimiento similar de Job de la mano de Dios en las calamidades (Job 1:21; Job 2:10); y el de David (2 Samuel 16:5).

4. Echado soy de delante de tus ojos—Es decir: de tu mirada favorable. Una justa retribución por haber huído “de la presencia del Señor” (2 Samuel 1:3). La presencia de Dios, que una vez la tenía por carga, de la que deseaba escapar, ahora que ha logrado su deseo, siente que el ser privado de la misma es la más amarga experiencia. El había vuelto las espaldas a Dios, y asimismo Dios le volvió las espaldas a él, haciendo de su pecado su propio castigo. veré tu santo templo—en la confianza de la fe, él anticipa ver aún el templo en Jerusalén, el lugar designado para la adoración (1 Reyes 8:38), y ofrecer en él acciones de gracia. (Henderson.) Más bien, pienso: “Aunque estoy echado de tu vista, aun con el ojo de la fe una vez más, miraré en oración hacia tu templo de Jerusalén, adonde como un trono terrenal, tú has deseado que tus adoradores dirijan sus oraciones.”

5. hasta el alma—eso es, amenazando con extinguir la vida animal. La ova—marina: se sentía como si le envolvieran la cabeza las algas marinas, por entre las cuales fué arrastrado.

6. a las raíces de los montes—sus extremidades, donde terminan en las ocultas profundidades de la mar. Véase Salmo 18:7; “los fundamentos de los montes” (Salmo 18:15). La tierra echó sus cerraduras sobre mí—la tierra la de los vivientas, está (la tácita, en vez de “echó”) cerrada en contra de mí. para siempre—por lo que toque a todo esfuerzo mío que pueda librarme. Mas tú sacaste mi vida de la sepultura—Más bien: “Tú sacas del hoyo (abismo)” (Maurer.) Como en las cláusulas previas expresa la falta de esperanza de su condición, así en ésta, expresa su segura esperanza de ser librado por medio de los infinitos recursos de Jehová. “El cree en esperanza contra esperanza,” y habla como si la liberación estuviese cumpliéndose ya en efecto. Ezequías parece haber incorporado las mismas palabras de Jonás en su oración (Isaías 38:17), así como Jonás se apropiaba del lenguaje de los Salmos.

7. mi alma desfallecía … acordéme de Jehová—hermoso ejemplo del triunfo del espíritu sobre la carne, de la fe sobre el sentido (Salmo 73:26; Salmo 42:6). Por un tiempo las dificultades excluían la esperanza; pero la fe revivió cuando Jonás “se acordó de Jehová,” de que él es Dios de gracia y de cómo aun ahora le preserva la vida y el conocimiento en su obscuro encierro. en tu santo templo—el templo de Jerusalén (v. 3). Como allí mira en oración de fe hacia el templo, así aquí considera su oración como ya oída.

8. Los que guardan las vanidades ilusorias—veneran o reverencian los ídolos, que son impotentes para salvar (Salmo 31:6). Su misericordia abandonan—Abandonan a Jehová: la misma idea de quien se identifica ahora en la mente de Jonás con la misericordia y la longanimidad. Como el Salmista (Salmo 144:2) lo llama “misericordia mía y mi refugio,” Dios, quien es para mí todos los beneficios. Véase Salmo 59:17 : “el Dios de toda misericordia,” lit., “mi bondadoso Dios.” Jonás había “abandonado su propia misericordia,” o sea, a Dios, para huir a los paises paganos, donde se adoraban “vanidades ilusorias” (ídolos vanos). Pero ahora, enseñado por su propio resguardo con vida consciente en el vientre del pez, y por la incapacidad de los ídolos para calmar la tempestad (Salmo 1:5), el alejamiento de Dios parece ser el alejamiento de su propia felicidad (Jeremias 2:13; Jeremias 17:13). La oración había sido suprimida en el caso de Jonás hasta aquí, de modo que “se quedó dormido” en medio del peligro; pero ahora la oración es la señal segura de su vuelta a Dios.

9. sacrificaré; Pagaré lo que prometí—En la anticipación de la fe, por la seguridad de la liberación, Jonás ofrece acciones de gracias. Así como Josafat (2 Crónicas 20:21) ordenó que los cantores alabasen al Señor delante del ejército antes de la batalla con Moab y Amón, como si la victoria estuviera ya ganada. Dios honra tal confianza en él. Hay también en esto una señal de la aflicción santificada, por cuanto promete enmienda y agradecida obediencia (Salmo 119:67).

10. en tierra—probablemente sobre la costa de Palestina.

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