No te conoces. Después de que el apóstol ha descrito a los constructores que se emplean en el edificio espiritual, procede a hablar de los deberes de aquellos que son los templos vivientes de Cristo. En cuanto a ustedes, hermanos, que son los templos de Dios, conserven la pureza de la fe y la inocencia de la moral. Huye de esos falsos apóstoles que buscan tu ruina, y permanece firme en la fe que has recibido de nosotros; (Calmet) es decir, la fe única, santa, católica y apostólica.

Qué alegría para el ministro fiel ayudar a erigir y adornar los templos vivientes de Dios; pero ¡qué castigo debe esperar al ministro infiel, que con su propia negligencia y mal ejemplo ayuda a arruinar y destruir los templos que Dios mismo había confiado a su cuidado! (Haydock) --- El Espíritu de Dios mora en ti, habiendo recibido la gracia de Dios en tu conversión: tú eres el templo santo de Dios: pero si alguno viola o profana el templo de Dios, sea con falsa doctrina, o por cualquier ofensa grave, destruye el edificio espiritual, que fue edificado en su alma sobre la fe y la gracia de Dios.

Ya no se puede decir que esté construido sobre el mismo fundamento; y por eso Dios destruirá a tales personas: no serán salvas ni siquiera por el fuego ni por los castigos temporales, sino que serán excluidos para siempre del cielo y condenados a castigos eternos. (Witham)

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