Aunque no soy nada. Estas palabras son una demostración de la humildad de San Pablo, cuando se vio obligado a pronunciar sus propias alabanzas. --- Las señales y marcas de mi apostolado .... en ti, por tu conversión, especialmente acompañada de maravillas y milagros. --- Disculpe esta herida. Un reproche con ironía, contra los que parecían valorarlo menos, porque vivía en la pobreza y no tomaba nada de ellos. (Witham)

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