Fue crucificado por debilidad. Es decir, tomó sobre sí nuestra naturaleza débil y enfermiza, en la que se hizo capaz de sufrir y de dar voluntariamente su vida por nosotros en la cruz. Pero vuelve a vivir por el poder de Dios, de su poder divino. --- También nosotros somos débiles en él, como él sujetos a sufrimientos, sufriendo sufrimientos por su ejemplo; pero viviremos con él por el poder de Dios, del cual tú también tienes parte. (Witham)

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