Nos regocijamos de no haber hecho aparecer nuestro poder al castigar a los impíos y afligir a nuestros enemigos; nos alegramos de que les parezcamos débiles; pero estamos particularmente contentos, cuando vives de tal manera que no nos das ocasión de reprenderte o de ejercer nuestro poder sobre ti. (San Juan Crisóstomo)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad