Esa Acaya también estaba lista. Corinto fue la capital de Acaya. San Pablo había exhortado anteriormente a los macedonios a contribuir con todo su poder, informándoles que Corinto y toda Acaya estaban preparados hace un año para recoger limosnas, y ahora el apóstol, hablando a los corintios, los anima con el ejemplo de a los fieles de Macedonia, y les informa de la grandeza de sus contribuciones caritativas y de la grandeza de su celo. (Theo.)

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