Especialmente aquellos que caminan según la carne, etc. Tales eran los gnósticos, y diversos de los primeros herejes, así como muchos de ellos en épocas posteriores, que desprecian la autoridad, desprecian las leyes, tanto de la iglesia como del estado; tercos, llenos de amor propio, amantes de sus propios placeres infames; blasfemar contra Dios, sus ministros y contra los que sirven a Dios. (Witham)

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