Para reservar a los injustos para el día del juicio, etc. Es decir, Dios muchas veces no castiga a los impíos en esta vida, los deja correr por los caminos de la iniquidad, con prosperidad como para el goce de una breve y vana felicidad en este mundo, pero sus juicios son sobre todo ser temidos, cuando los castigos están reservados para la próxima vida, como aparecerá en el día del juicio general; y desde el momento de su muerte serán atormentados en el infierno. (Witham)

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