Tan pronto como San Juan recibió en la visión anterior los documentos que iba a transmitir a las siete Iglesias de Asia [Asia Menor], cuando, he aquí, se muestra una nueva escena. El cielo se abre y San Juan es invitado por la voz que le había hablado antes, y se le dice que verá lo que sucederá en las edades futuras. De repente aparece un trono, y el Todopoderoso mismo se sentó en él. El arco iris que rodea el trono, denota el pacto de reconciliación y paz entre Dios y el hombre.

(Walmesley) --- He aquí una puerta abierta. Aquí comienza lo que puede considerarse como una segunda parte del Apocalipsis, y de ahí a los dos últimos Capítulos se encuentran las guerras y victorias de la Iglesia sobre todos sus enemigos, el diablo, los judíos, los paganos y los herejes. --- Estas visiones se exponen de manera tan diferente, cuando se aplican a diferentes eventos, que solo esto puede convencernos de cuán inciertas son esas diversas interpretaciones.

A los siervos de Dios se les enseña que deben esperar enfrentar muchas pruebas, aflicciones y persecuciones; pero esto debería ser un gran tema de consuelo para los fieles, el hecho de que estén asegurados de la victoria si luchan con valentía, y de una recompensa de felicidad infinita por sus breves labores. Tales visiones y descripciones majestuosas muestran que San Juan fue inspirado por el mismo espíritu de Dios, como los antiguos patriarcas y profetas.

--- Te mostraré las cosas que deben suceder en el más allá; es decir, después de las cosas ya reveladas acerca de las siete Iglesias y, por tanto, después de la destrucción de Jerusalén, que fue unos veinte años antes de que San Juan escribiera este Apocalipsis. (Witham)

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