Despreciado. Dios nunca descuida primero. (Concilio de Trento, Sesión VI. 11.) --- Detesta el pecado, y finalmente abandona a los obstinados, aunque nunca deja de ofrecer suficientes gracias. Una persona que tiene una constitución enfermiza o está envuelta en pecado, no puede ser curada por el hombre solo. Sin embargo, no debemos dejar de predicar, etc., mientras esperamos todo de Dios, quien da el aumento, 1 Corintios iii. 7.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad