Tenga en cuenta que en cuanto a ustedes, que son gentiles, que fueron llamados pueblo incircunciso por los judíos circuncidados, que estaban sin Cristo, sin las esperanzas o expectativas del Mesías, alejados de la conversación de los que eran el pueblo elegido de Dios, y de las promesas que se les hicieron particularmente, de que el Mesías sería de su raza: sin Dios en este mundo, es decir, sin el conocimiento y la adoración de Dios.

Pero ahora por Cristo, al creer en él, ustedes que parecían estar lejos, son acercados por su sangre, (ver. 13) por Aquel que murió por todos; porque ha traído paz a todos los hombres, derribando con su encarnación y muerte ese muro de separación, esa enemistad entre judíos y gentiles, haciéndolos uno solo; aboliendo esa ley anterior , de tantas ordenanzas, [1] preceptos y ceremonias, por decretos, (que pueden significar por sus decretos divinos; o más bien, como S.

Jerónimo lo expone en griego, aboliendo la ley antigua y sus preceptos por los preceptos y doctrina de la nueva ley) para reconciliar con Dios tanto a judíos como a gentiles, para que ahora sean un solo cuerpo místico, a saber, la Iglesia. de Cristo, del cual él es la cabeza. Recuerden, pues, que ya no son extraños ni extranjeros, como lo eran cuando los judíos eran el único pueblo elegido de Dios: ahora, por fe y esperanza, son conciudadanos de los santos y de todo el pueblo elegido de Dios: están edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas (vers.

20) quienes, por sus profecías acerca del Mesías, y por su enseñanza y predicación del evangelio, son como piedras fundamentales subordinadas bajo Cristo, el principal fundador y principal piedra angular de su Iglesia; en quien ustedes también (los cristianos, en Éfeso y todos los fieles) están edificados juntos (ver. 22) como partes de un edificio espiritual o templo, donde Dios habita. (Witham)

[BIBLIOGRAFÍA]

Legem mandatorum decretis evacuans, griego: ton nomon ton entolon dogmasi (dogmatibus) katargesas; es decir, dice San Jerónimo, (p. 344) præcepta legalia Evangelicis dogmatibus commutavit. Véase San Juan Crisóstomo, pág. 879. Lat. editar. en Savil. pag. 787.

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