Matar. Estos preceptos deben tomarse en toda su extensión, como prohibiendo no sólo el acto último, sino todo lo que conduce a él. Los magistrados están autorizados a aplicar la pena capital. También se nos permite defendernos de un agresor injusto. Pero nunca debemos tener la intención de matarlo. (Calmet) --- Las leyes no nos condenarán, tal vez, si lo hacemos; pero Dios ve el corazón y juzga. Un ladrón nocturno puede ser asesinado, porque no sabemos hasta qué punto pueden estar en peligro nuestras propias vidas, cap. xxii. 2. (Haydock)

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