Esta palabra. Es decir, hasta que les dijo que Dios lo había enviado a predicar a los gentiles, a quienes no podían soportar escuchar como preferidos a ellos mismos. No es que los judíos prohibieran la predicación a los gentiles; por el contrario, nuestro Salvador reprochó a los fariseos que irían por tierra y por mar para hacer un prosélito. También se enfurecieron porque San Pablo no había impuesto a los gentiles el pesado yugo de la ley. (Calmet) --- Por eso exclaman: quita a este malvado de entre nosotros, que es un pecado dejarlo vivir. (Biblia de Vence)

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