No es de extrañar que Festo haya tomado a San Pablo por un loco. La resurrección de los muertos, la remisión de los pecados, el bautismo y la fe, anunciando la luz a las naciones, etc. eran temas completamente ininteligibles para un romano. Para un judío, los términos eran habituales y comunes. La elocuencia y la manera en que habló sobre estos temas, podrían mostrarle que es un hombre de gran erudición.

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