El Procurador Festo interrumpe a Pablo La Respuesta del Apóstol a Festo, y Apelación a Agripa El Diálogo entre Agripa y Pablo El Rey y el Gobernador deciden que, si el Prisionero no hubiera apelado a César, podría haber sido puesto en libertad , 24-32.

Hechos 26:24 . Y mientras hablaba así por sí mismo, Festo dijo a gran voz: Pablo, estás fuera de ti; mucho saber te vuelve loco. Aparentemente, en este punto de su discurso, Pablo había completado el argumento principal, que deseaba presentar ante Agripa, sobre la verdadera identidad de su creencia con la de todos los judíos ortodoxos, y había señalado dónde estaban el cristiano y el judío. en cuestión; y había mostrado que la base de la creencia cristiana no sólo en aquellos puntos que tenían en común con los fariseos, sino también en los puntos en los que discrepaban, era la ley sagrada y los profetas.

Los judíos encontrarían predichos en sus Sagradas Escrituras cada detalle en los artículos de la fe cristiana que enseñaba Pablo. Nosotros, por supuesto, no poseemos ninguna pista que nos sugiera cuál habría sido la conclusión de la disculpa. Hasta ahora Festo había escuchado con respetuosa atención mientras el hebreo acusado hablaba ante su invitado real; pero cuando el elocuente y apasionado apóstol llegó a esta parte de su defensa, y se detuvo largamente con intenso fervor en la resurrección de un Hombre a quien el predecesor de Festo, Pilato, había crucificado, y el romano lo escuchó disertar con maravillosa y cautivadora elocuencia como sin duda Pablo hizo aquí sobre los maravillosos resultados que este hecho estupendo, la resurrección de un malhechor crucificado, seguramente lograría en todas partes del gran mundo conocido o desconocido para los romanos, no pudo contenerse más, pero lo interrumpió; gritando en voz alta: '¡Pablo, estás fuera de ti!'

El Sr. Humphry, comentando la interrupción de Festo aquí, escribe: 'Él (Festo) fue incapaz de comprender la seriedad de San Pablo, tan diferente de la indiferencia con la que las clases altas en Roma miraban los temas religiosos y morales. Su amor propio le sugería que quien presentaba tal contraste con su propia apatía debía estar loco. La conveniente hipótesis de que mucho saber había producido este resultado, pudo habérsele ocurrido al escuchar a Pablo citar profecías en prueba de sus afirmaciones.'

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