Recibieron el Espíritu Santo. No sino que habían recibido la gracia del Espíritu Santo en su bautismo; pero no esa plenitud de gracia y esos dones que recibieron de los obispos en el sacramento de la confirmación. Este sacramento, como observa San Juan Crisóstomo, [2] San Felipe, el diácono, no tenía el poder de dar. (Witham)

[BIBLIOGRAFÍA]

San Juan Crisóstomo, hom. xviii. Griego: oude gar eichen exousian.

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