Entonces les impusieron las manos para que pudiera haber alguna señal exterior de esta gracia impartida. Entonces Ananías ( Hechos 9:17 ) le impuso las manos a Saulo, y éste recibió el Espíritu Santo. Pero a Cornelio y sus compañeros ( Hechos 10:44 ) se les concedió el mismo don mientras Pedro les hablaba.

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