Después de haber orado por sus apóstoles en particular, ahora comienza a orar por todos los que después, por su predicación, creerían en su nombre; (San Agustín, tratado. 109. en Juana.) Y con esto también consuela a sus discípulos, mostrándoles que serán los instrumentos de la salvación de otros. (San Juan Crisóstomo, hom. 80. en Juana.) --- Esta divina oración de Jesucristo es un gran consuelo para todos los cristianos; se introduce en el canon santo de la misa, antes de la consagración, como aquí se hizo justo antes de su sacrificio visible en la cruz. (Bristow)

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