Uno más poderoso que yo. El precursor [St. Juan el Bautista] aún no declara abiertamente que nuestro Señor es el Hijo de Dios, sino solo uno más poderoso que él. Los judíos no estaban preparados para recibir su venida; por tanto, los condujo sabiamente gradualmente al conocimiento de lo que la divina Providencia los había diseñado; sin embargo, les asegura en secreto que es el Hijo de Dios. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo. No es evidente que nadie más que Dios pueda otorgar al hombre la gracia del Espíritu Santo. (Ven. Bede)

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