Si el hombre creyó, como dijo, ¿por qué añade, ayuda a mi incredulidad? Se puede responder: porque la fe es múltiple; Hay fe de principiantes y fe de perfectos. La fe incipiente que este hombre ya poseía, y suplicó a nuestro Salvador que lo ayudara a alcanzar los grados más altos de esta virtud. Nadie se vuelve grande y perfecto de una vez, sino que primero debe partir con pequeños comienzos y así ascender gradualmente a la altura de la perfección.

Así, se puede decir que el hombre que, por la inspiración de la gracia, ha recibido una fe imperfecta, cree al mismo tiempo y sigue siendo incrédulo. (Ven. Beda) --- Aquí se nos enseña que nuestra fe es débil y necesita apoyo y aumento de la ayuda de Dios. Cuando las lágrimas acompañan nuestra fe, nos obtienen el otorgamiento de nuestras peticiones. (San Jerónimo)

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