Y habrá, según el proverbio griego: loimos meta limon, plaga tras hambre, ambas hijas naturales de la guerra, con divisiones intestinales, terremotos y otras calamidades; la tercera señal ... Así como los cuerpos de los hombres generalmente se debilitan y desfallecen antes de la disolución, así será con la tierra antes de la destrucción del mundo; de modo que este globo inferior se estremecerá con convulsiones insólitas, como si hiciera su último esfuerzo por existir.

El aire lleno de vapores destructivos se convertirá en la ruina de los hombres, y la tierra, agotada de su fertilidad natural, rechazará su acostumbrado apoyo a los hijos de Adán. De ahí surgirán guerras y hambrunas, insurrecciones, rebeliones y turbas; algunos impulsados ​​por el hambre y la miseria, otros por la ambición y la avaricia. Pero si el corazón corrupto del hombre se niega a apartarse de sus malos caminos, estas calamidades aumentarán; porque todos estos son sólo el comienzo de más terribles dolores. (Orígenes)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad