Siervo malo y negligente, por calumniar así a tu amo; Si quisiera segar donde no sembré, ¿cómo deberías temer mi justa indignación? Si si hubiera sembrado, no encuentro nada que cosechar por tu negligencia. Así, nuestro Señor replica la acusación sobre el sirviente, como en Lucas xix. 22. Por tu propia boca te juzgo, siervo impío.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad