¿Les dirá el rey ... a su diestra? Al exponer a todo el mundo las buenas obras de sus fieles servidores, el Juez Soberano acalla los murmullos de los réprobos, que de otro modo podrían objetar que no tenían en su poder hacer el bien. De la misma manera, la conducta de las vírgenes prudentes fue la condenación de las insensatas; la diligencia del siervo fiel, de la pereza y embriaguez del ocioso; el celo de los siervos que multiplicaron los talentos que se les encomendaron, del que escondió su talento en la tierra; y el fervor de los observadores de los mandamientos, de la negligencia y negligencia de quienes siempre los transgreden. (San Juan Crisóstomo, hom. Lxxx.) --- Estas obras de misericordia, dice San Agustín, prevalecen para la vida eterna y para la borramiento de los pecados anteriores; en el Salmo xlix.

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