La hipocresía está prohibida en estas tres buenas obras de justicia, pero no el hacerlas abiertamente para la gloria de Dios, la edificación del prójimo y nuestra propia salvación. Deja que tu luz brille de tal manera ante los hombres, es decir, deja que tu trabajo se haga en público, que la intención permanezca en secreto. (San Gregorio)

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