Justicia. La devoción externa no será suficiente. (San Crisóstomo) --- Ningún sacrificio agradará a Dios mientras la gente participe con los rebeldes. (Calmet) --- Además de los sacrificios externos, que siempre han sido requeridos, y los de alabanza y contrición, (Salmos xlix., Y l.) Debemos ofrecer a Dios el sacrificio de justicia, cumpliendo con nuestros deberes para con él, a nosotros mismos y al prójimo, y al odiar el pecado, y también el mundo, la carne y el diablo, que nos impulsan a ofender y, por lo tanto, a dar preferencia a la vanidad.

Para ello, no debemos confiar en nosotros mismos, sino en Dios; y para que nadie pueda alegar ignorancia, se nos da la luz de la razón y la gracia, indicando claramente que tenemos un Dios a quien servir, y debemos esperar recompensa o castigo, Hebreos xi. 6. (Worthington)

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