Y subió de allí a Betel; y mientras él subía por el camino, salieron niños de la ciudad y se burlaron de él, una banda de jóvenes blasfemadores hasta la edad de jóvenes, hijos de los idólatras de Betel, y le dijeron: Sube. ¡Calvo! ¡Sube, calvo! Lo criticaron y lo insultaron por ser una persona impura y expulsada.

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