Y volviéndose, los miró y los maldijo en el nombre del Señor; porque fue como profeta de Jehová que la burla se había amontonado sobre él. Y salieron dos osas del bosque, y despedazaron a cuarenta y dos niños de ellas, sin, sin embargo, hacer ningún movimiento para comérselos. Fue el castigo de Dios sobre estos difamadores de su siervo, porque su número muestra que habían planeado esta demostración con intenciones malvadas y deliberadas.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad