No seas demasiado malvado, no como si un poco de maldad fuera permisible, sino porque un exceso de malicia es particularmente repugnante; ni seas tonto al ignorar deliberadamente a Dios y la sabiduría de Su Palabra; ¿Por qué habrías de morir antes de tiempo? porque la muerte es la consecuencia y el castigo de la necedad y la maldad.

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