El dolor, una consideración adecuada y triste de la vanidad de este mundo, es mejor que la risa, es decir, la alegría mundana y bulliciosa, que deliberadamente ignora el lado serio de la vida; porque por la tristeza del semblante, por una adecuada y seria contemplación de las vanidades de la vida, el corazón se mejora, entonces observará una alegría basada en la comprensión y no en la frívola.

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