En el primer mes, es decir, el mes de Nisán, en el año duodécimo del rey Asuero, echaron a Pur, es decir, la suerte, ante Amán de día en día y de mes en mes, a los astrólogos y magos de la corte se les confió la Este trabajo de determinar qué día y mes serían los más propicios para llevar a cabo el plan asesino de Amán, hasta el mes duodécimo, es decir, el mes Adar, para Amán, con un celo y perseverancia dignos de una causa mejor, determinó que todas las señales debe ser favorable para la ejecución de su plan.

Evidentemente, el texto debe entenderse de tal manera que Amán, en el primer mes del año judío, hizo que se echara la suerte, primero para el mes del año siguiente en el que tenía la intención de vengarse, y luego para el día del mes que sería propicio para su plan. El hecho de que el último mes del año judío fuera elegido por sorteo le dio tiempo suficiente para preparar sus planes. Por lo tanto, los enemigos de la Iglesia, Satanás y el mundo, siempre están ocupados con planes de destrucción, que Dios, sin embargo, puede frustrar fácilmente en su propio tiempo.

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